¡Vives el desierto niña!
Tienes tus lágrimas entre
las estrellas y
los racimos del viento
Inagotables
tus pies siguen
desnudos
con tus pisadas
de soledad!
¿Por qué custodias en
tu cuerpo tantas
olas del olvido,
sí,
fértil en tu mirada
y con tu risa de coral
brindas perlas que
son de la mejor agua?
Dime, de inmediato:
¿dónde has aprendido
que el océano es vertical?
Camina Paloma, dulce amiga,
desnuda tu cuerpo,
empápate de las caricias
colmadas
espéralas
imprégnate de ellas
sin nunca saciarte
por los siglos de los siglos,
así sea Paloma
allí a orillas del mar
(Jafsc,Port-Daniel,Febrero 2017)
Publicado en: De jardines y de sombras, La búsqueda, Poemas y reflexiones diversas, Poesia
Etiquetado: amor, poemas, poesía
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