Es un Silencio intersticial,
un Silencio de labios cerrados y mentes abiertas
un Silencio que invita a viajar
entre las células de incienso
del aire preñado de aromas sutiles
Silencio incitante al recogimiento
Silencio fértil entre decoros
medievales, silencio..
Paseo mi mirada por el lado Norte
pongo mis granos episcopales
sobre una biblia ajada, transitada
abierta y significada en escarlata,
«Primer Libro de las Crónicas» :
«El ángel de Yahvé dijo entonces a Gad:
Que David monte y eleve un Altar
a Yahvé en el lugar de Ornán, el Jebuseo»
…David solicitó el sitio a Ornán,
explicándole que
de esta manera, la peste se alejará de Israel.
Ornan, respondió:» Tómalo, que
Monseñor el Rey haga lo que le parezca bien…
yo daré los bueyes para los holocaustos,
el carro para la madera y el grano
para la oblación. Yo lo doy todo»
Pero el Rey David respondió:
«No así, yo quiero comprarlo en su justo valor
pues yo no quiero tomar para Yahvé
lo que te pertenece y ofrecer holocaustos
que no me cuestan nada»…
Y mi mirada, con su Silencio entretejido
se posó entonces hacia el lado opuesto
me expuse al Viento del Sur, al frío !
Mi cuerpo aterido se inundó de perjurios
tantas promesas de materiales brutos
que no llegaron, no pude ya confiar en nada,
incluyendo al Silencio de mi mirada…
Los otros muros del Templo no los visité
ni en pensamiento
El Silencio aquel de las presencias
no estaba ya a mi lado
ni transformado ni punzante
ni obtuso ni adjetivo
ni estético ni romántico
se transformó en mil formas,
en esferas , en Cielos de Vértigo inscrito
en la Cúpula, lecho de la Trinidad
El Silencio vino a mí desde su extremo
más vertical para sentarse entre mis cabellos
justo en un repliegue escondido detrás de mi oreja
izquierda..
Me recogí en mi casa helicoidal
plegué en calma mis antenas
y salí del Templo…
(De : Odas al Silencio por José Adolfo Segura)
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